Fuensanta Fresneda Galera La Moneta, como es conocida en los escenarios, es un mote que viene de la familia de su abuela materna a la que llamaban “los monetes”. Nacida en Granada en el barrio del Zaidin, en una familia desconocedora del flamenco, es una de las bailaoras mejores del momento. Ha compartido con los colaboradores y colaboradoras el VI encuentro Chana Press. Con solo ocho años, la primera imagen que tuvo del baile flamenco fue Carmen Amaya y se enamoró de él. Comenzó en la escuela de baile flamenco de Mariquilla, para recibir lecciones más adelante de Javier la Torre, Antonio Vallejo, Juan Andrés Maya, Manolete, Juana Maya…Ha participado en concursos infantiles, ha bailado en las cuevas de Sacromonte, en teatros de Granada, Motril, Málaga y fuera de nuestras fronteras la vez que completaba sus estudios. A los dieciséis años montó su propio grupo y se fue a Madrid. La desaparecida revista Alma 100, comprometida con la difusión del flamenco tanto en España como en otros países del mundo, la calificó como la bailaora más destacada de los ochenta. Desde entonces ha actuado en numerosos teatros de Europa, Asia y América y ha participado en festivales como el de las Minas de la Unión donde obtuvo el premio El desplante, entre otros. Tiene un gran conocimiento del cante, exacto dominio del compás y una enorme variedad de registros. Produce sus propios espectáculos como Lo que trae el aire, De entre la luna y los hombres, Estevez & La Moneta, Bailar,Vivir, Extremo Jondo, Paso a Paso, La Capitana, Duende, Lorca y Granada, y en las fiestas del Corpus de Granada 2012 estrenó Muy especial. Tiene una forma de expresión que le caracteriza.
-¿Cuándo comenzó a bailar?
Josefa Romero entregó su retrato a La Moneta./Esther Godoy
– Con ocho años, empecé profesionalmente. Me puse mis primeros zapatos profesionales hechos artesanalmente por un zapatero y fue cuando comencé mis primeras clases, a tomar conciencia de lo que era esto y a realizar mis primeras actuaciones. Aunque, como mi madre dice, desde chiquitita he bailado hasta la música del Telediario . Mi forma de expresarme era bailar, no hablaba y ya estaba moviendo las manos.
-¿En su familia se respira este ambiente desde siempre?
– La verdad es que no, yo soy pionera en la familia, no me viene de herencia .En mi casa se escucha flamenco pero como otros estilos musicales como rock, música clásica… Me podía haber decantado por otro estilo pero fue por el flamenco .Yo siempre digo que el flamenco me eligió a mí.
-Ha participado en concursos infantiles ¿Tiene buen recuerdo de ellos?
– Si, aunque realmente no somos conscientes con esas edades. A los ocho, diez o trece años, lo que tienes es ilusión por bailar y te da igual bailar en un concurso en el filo de un tejado, en una loseta o en las fiestas de tu barrio. Depende también del entorno de cómo se tomen los niños/as el hecho de asistir a un concurso para que en el futuro sea un buen recuerdo. Mi padre no tenía experiencia ni contacto con el flamenco pero tuvo mucha intuición y vio un gran valor en mí para apoyarme desde el primer momento. Sin embargo, me ha inculcado tener los pies en la tierra. Él nunca me llevo al concurso con la motivación de ganar, con aire de competitividad .Cuando fui al Festival de la Minas no iba con la intención de ganar y la primera sorprendida fui yo. Lo veía como un escaparate donde te podías mostrar para darte a conocer, encontrar más salida a tu arte y forma de expresarse.
Fuensanta La Moneta, en un momento de la entrevista con Chana Press./Esther Godoy.
-¿Con que palo ganó el concurso?
– Las bases del concurso establecían dos palos, uno lo elegían ellos que era el Taranto, y el otro lo elegía yo. Elegí la seguiriya porque la dominaba, la conocía y me sentía más identificada. En la semifinal baile la seguiriya aunque con ello me arriesgué a no pasar a la final y que no vieran el palo que el concurso había elegido, pero salió bien y pasé a la final. Mi padre dice que yo gané el concurso en la semifinal, con la seguiriya y no en la final.
Fuentes de inspiración
-¿Quién es su inspiración?
-Yo a mi ocho años la primera imagen fue Carmen Amaya y ahí fue donde me enamoré del flamenco. Luego vas conociendo más del flamenco, nuevas generaciones y anteriores también. En mi adolescencia en los espejos que me miraba era Carmen Amaya, Manuela Carrasco y la Yerbabuena. Pero ya con la edad que tengo ahora, sigo el consejo de uno de mis maestros, Javier de la Torre, y no tengo sólo un espejo. Miro todos los estilos, todas la formas de sentir el flamenco de todos los artistas y bebo de todos para encontrar mi propia personalidad.
-¿La soleá es el estilo más duro del flamenco?
– Es un estilo que tiene mucho peso, es muy intenso, hay que conocer su origen y dominarlo mucho.Hay que bailar ‘parao’, como nosotros decimos, y es muy difícil.
-¿Es difícil dejar tu mundo y tu familia?
– Fácil no es aunque llega un momento que te acostumbras. Te cuesta sobre todo cuando vas al extranjero, muchas veces no hablas el idioma, la sanidad no está en las mismas condiciones que aquí, la comida…y no sólo te preocupas por ti sino por tu familia que sabes que están intranquilos dándole vueltas a la cabeza .Muchas veces te sientes sola aunque estés rodeada de artistas, en determinadas situaciones deseas estar con tu familia. No es fácil dejar la casa. Ahora, cuando nazca mi hijo, se va a tener que acostumbrar porque yo voy a seguir bailando. Mucha gente pensará que es una actitud egoísta pero mi padre ha luchado mucho y yo me lo he currado. Mías han sido las poquitas horas de sueño, las ojeras, la obligación de compaginar los estudios con el baile, el sacrificio y todas las cosas que me he perdido. Mi hijo vendrá conmigo todas las veces que pueda, aprenderá idiomas, otras culturas y seguro que le viene bien.
-¿Tienes compañía propia?
– Sí, tengo compañía propia. Actualmente, aparte de mi espectáculo como solista estoy investigando en el campo de la coreografía y muevo a más gente conmigo. Suelo llevar a un cuerpo de baile de 8 a 12 personas. Le tengo mucho respeto al campo de la coreografía y poco a poco voy trabajando con ellos aprendiendo yo y ellos también.
-¿Qué es el Proyecto Laboratorio Flamenco, Flamenco urbano?
Ahora es mi proyecto más ambicioso, aunque yo sigo como solista me siento muy curiosa y estoy investigando en el tema de la coreografía poco a poco. Crear un laboratorio de coreografía en donde nuestra identidad siempre fuera flamenca, pero ampliando horizontes no sólo en el flamenco sino en otras disciplinas. El lema del laboratorio es “El individuo proyectado al colectivo” y “Prueba error”. Desde hace dos años estamos teniendo jornadas de puertas abiertas, en el Conservatorio de Danza de Granada. No hay ánimo de lucro y hay días que me puedo encontrar con cinco personas otros con diez o veinte, puede ir gente de todo tipo pero sobretodo son alumnos del último año de conservatorio donde encuentran un espacio para poder desarrollarse y realizamos coreografías. Hemos creado un espectáculo, los hemos presentado en el festival de Jerez. Nuestro objetivo final será crear una compañía grande que tenga sede en Granada. Es una experiencia única en Granada y en España, nos están proponiendo tener sede en Sevilla, Madrid y Barcelona, pero vamos poco a apoco. Mi objetivo es proyectar el flamenco desde Granada.
El flamenco en Europa
Las colaboradoras de Chana Press y Fuesanta La Moneta disfrutaron del encuentro./Esther Godoy.
–¿Que visión tiene Europa del flamenco?
– Está muy valorado en el resto del mundo. En los países europeos es donde se realizan las mejores programaciones, donde el flamenco va a grandes espacios, a teatros, se codea con otras disciplinas muy importantes como la danza contemporánea, la ópera…En el mismo espacio que yo presentaba mi espectáculo flamenco, que era de menor envergadura, actuaba un compositor de música contemporánea con la primera orquesta de la ciudad y el Royal Ballet. Le estaban dando el mismo valor y no estaban relegando el flamenco a un espacio más chiquitito.
-¿Qué país es el que más lo valora?
-No me atrevo a decir, es muy difícil quedarse con uno, pero a mí donde más me sorprendió fue en Ámsterdam por el sitio que le daban al flamenco, los espacios, tipo de programación, actuando con gente de mucha categoría. No deberíamos sorprendernos pero lo hacemos porque estamos acostumbrados al poco valor que se le da al flamenco en nuestro propio país a pesar de estar considerado Patrimonio de la Humanidad. Aquí se le considera un arte unido al pueblo, en los conservatorios ha sido la última disciplina en llegar y también hay que decir que determinados artistas no han dado muy buena imagen al flamenco.
-¿Cree que el flamenco está valorado en Andalucía o se ve como algo pintoresco?
-Tiene gran valor desde su origen, si no grandes genios como Lorca, Falla, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús no lo hubieran visto como un arte que había que estudiar, conocer y apoyar. El problema no es que el pueblo lo vea como algo pintoresco, sino de los políticos e instituciones que son grandes desconocedoras del flamenco y son los que deben de apoyarlo. Tenemos muchas reuniones para fomentar el flamenco pero no se nos escucha. Lo que falla es el sistema.
-¿Su vida profesional es la que soñabas de pequeña?
-Poco a poco va siendo, no me puedo quejar. Gran parte del mérito lo tiene mi entorno que me ha apoyado. No tengo un objetivo final, lo tengo a corto plazo. Mi afán no es ser famosa aunque en las redes sociales me conocen mucho. Tu obra es la que te da proyección al mundo.
–¿Cómo se definiría a si misma?
-Es complicado definirme a mi misma pero me considero inconformista, inquieta, innovadora y curiosa. Me gusta investigar mucho. También soy trabajadora porque lo que tú hagas por ti es lo que vas a conseguir el día de mañana. Yo soy como Juan Palomo en ese sentido, no he tenido ayudas de las instituciones ni apoyo económico nunca y no lo digo como un motivo de queja pero no he tenido la posibilidad de optar a subvenciones.
