Desde el día 21 de abril a las 21:00 horas del año 2015 al día 12 de febrero a las 12:00 horas de 2017 han trascurrido exactamente 622 días. Un año, nueve meses y veinte días desde que una vecina anónimamente decidiera crear un grupo de whatsapp para concienciar a sus conocidos de la previsible cicatriz permanente en Granada. Esta huella imborrable surgiría ante la negativa de Fomento a cumplir con el protocolo de 2008, dando la espalda a las numerosas reivindicaciones que desde el año 2013 llevaba a cabo la Asociación de Vecinos de la Chana. Cierto es que la creación de este espacio de interacción vecinal constituye lo que hoy conocemos como Marea Amarilla.
Gracias a esta iniciativa, el contacto de la Asociación con su vecindario es continuo y ha fortalecido la capacidad de reacción de sus habitantes en una lucha en defensa de la igualdad en infraestructura y calidad de vida de una las ciudades más bellas de España.
Tras una semana escasa de este acontecimiento, se celebraron en el Centro Cívico de la Chana las primeras reuniones para plantear más movilizaciones. Su resultado fue en la manifestación del día 14 de mayo a pie de obra en el barrio de la Chana, punto neurálgico del desastre.
Pronto se inundaron los balcones con carteles que ya eran un clamor popular ‘AVE SOTERRADO SÍ O SÍ’, cartelería en los comercios y pulseras en las muñecas se alzaron en la sucesiva manifestación del 19 de mayo, seguida de una entrega de firmas el día 20 en el Ayuntamiento de Granada. El 21 de mayo el vecindario se echó de nuevo a la calle y este movimiento tiene aspiraciones más fuertes de lo que se creían capaces.
El amarillo se abraza como símbolo de la unión, un color apolítico que caracteriza el movimiento vecinal, nuevamente en la calle a finales de ese mismo mes y durante todo junio. Sin descanso por vacaciones, el 27 de julio se consigue aprobar una importante moción en el Ayuntamiento de Granada en la que todos los grupos políticos acuerdan, de forma conjunta, pedir al Gobierno de España que “antes de final de año” formalice “por escrito” su “compromiso” para “abordar el soterramiento a la entrada del AVE por La Chana, con plazos concretos y de forma definitiva”.
El asunto del AVE traspasa la arteria principal de la Chana hasta el Pleno municipal, aunque no parece traspasar los muros del Ministerio de Fomento.
Una carta a Pastor
Llegado el otoño se sigue sin responder a las inquietudes y necesidades de Granada y, ante esta situación, se celebra una rueda de prensa donde por primera vez acude el Partido Popular a nivel local. En ella, se denuncia la actitud que sus dirigentes mantienen frente a la problemática de la entrada del AVE a la ciudad en superficie y se destacan las propias declaraciones de Isabel Nieto, concejala de Urbanismo, que ya entonces advertía que si no se soterra ahora, se quedará en superficie de manera permanente.
La presión del resto de grupos políticos junto con la asociación de vecinos provoca finalmente la entrega de una carta a Ana Pastor, entonces ministra de Fomento en la que se le recuerda el acuerdo plenario de julio. La fugaz visita de la representante ministerial a una estación ya sin conexión ferroviaria en febrero de 2016, lejos de calmar a la marea, aviva las protestas ante la ausencia de explicaciones y de compromisos firmes por parte de Fomento. Más de treinta colectivos se suman a partir de entonces a la Marea Amarilla (AMPAS, comercios, otras asociaciones vecinales, sindicatos, Stop desahucios, Salvemos la Vega, asociaciones de comerciantes…) ante la falta de respuestas de un Gobierno que sigue construyendo un muro de hormigón a pocos metros de las viviendas en la Chana y Rosaleda para proteger la entrada del tren en superficie.
El pequeño comercio se ha sumado a la protesta./Marea Amarilla.
Tras doce manifestaciones, en términos estadísticos una media de manifestación por mes, la Marea Amarilla cumple su primer aniversario de vida 21 de abril de 2016. Los sucesivos nueve meses de esta cuenta hasta mañana 12 de febrero a las 12.00 del mediodía, son intensos. Una moción de censura en el Ayuntamiento de Granada provoca la salida de José Torres Huertado (PP) y la llegada a la alcaldía de Francisco Cuenca (PSOE). Por primera vez en este largo camino recorrido por la Marea Amarilla, el alcalde de la ciudad se suma a las reivindicaciones de sus vecinos y acude a un acto de protesta en defensa del tren.
El primer edil municipal, en su calidad de alcalde, envía el 13 de mayo una misiva a la ministra, avalada por el resto de grupos municipales. Y mientras, en la ciudad la indignación crece y se traduce en la creación de la Mesa del Ferrocarril en la que participan el tejido social, empresarial y sindical de la ciudad.
Un subsecretario sin empatía
El descontento alcanza su punto álgido cuando el Ministerio cancela varias veces una reunión prevista en Granada con altos responsables del ramo para buscar soluciones a unas obras que se encuentran paralizadas en Loja, un retraso de varios meses en los trabajos, una ciudad sin conexión ferroviaria con el resto del país (excepto con Almería) y un protocolo de soterramiento de las vías que todo apunta que no se cumplirá.
El AVE es actualidad y ello se refleja en el afamado Pacto de Santa Paula, donde los diputados en el Congreso de las principales fuerzas políticas del país pactan la reactivación de las obras y su seguimiento trimestral. El 26 de junio estaban convocadas las elecciones generales.
El subsecretario de Fomento, Julio Gómez – Pomar acude a Granada a una reunión que comenzó tensa y con palabras firmes del alcalde ante el responsable ministerial que se negó, rotundamente, a recibir a representantes de tejido social que reclamaban el soterramiento del AVE en las puertas de la Subdelegación del Gobierno. Al igual que Ana Pastor, se fue sin precisar plazos de la llegada de la alta velocidad y fiando el soterramiento a una segunda fase.
A finales de julio la Mesa del Ferrocarril se desplaza a la localidad de Loja para comprobar el estado de las obras, que siguen paradas y con evidentes filtraciones de agua en el túnel del siglo XVIII.
Cualquier lugar ha sido bueno para colocar los carteles./Marea Amarilla.
Un nuevo responsable gubernamental visita Granada sin dar respuestas. En esta ocasión fue Rafael Catalá, ministro de Fomento en funciones que mantuvo con representantes instituciones de la provincia una reunión el 13 de octubre en la Subdelegación del Gobierno. La única novedad de aquel encuentro fue el anuncio de billetes de tren baratos para no perder competitividad. Y hace sólo once días, el 1 de febrero, el nuevo ministro del ramo, Íñigo de la Serna terminó de echar el jarro de agua fría a los granadinos al afirmar que el tren no llegará hasta el primer trimestre del 2018 mientras no aclaraba nada del soterramiento de las vías.
La inacción del Gobierno y la incomunicación de Granada ya es un clamor y la Marea Amarilla continúa sumando adeptos. En octubre a une al colectivo Granada en Marcha.
El reciente éxito conseguido por las protestas ciudadanas contra la reordenación sanitaria en Granada han demostrado que la fuerza de la sociedad civil puede hacer cambiar de opinión a un Gobierno. Y, desde la Marea Amarilla se tiene el convencimiento de que con el tren también se puede. Así se siente entre comerciantes y vecinos, primero la salud, ahora el tren, Granada despierta.
Vallas y muros se han empapelado estos días para llamar a la ciudadanía./Marea Amarilla.
