“Mi deseo es conseguir parar a la gente en la calle ante una pintura o un grafitti”, asegura Raúl Ruiz

Conocido como 'El niño de las pinturas', este famoso graffitero comparte con Chana Press algunas de sus experiencias
Ana María Linares, Encarnita Sánchez y Silvia Pereira - 04/12/2015

La sala se llenó para escuchar a El Niño de las Pinturas quien prefiere no ser fotografiado./Chana Press

Este artista con una sensibilidad única regala su arte libre por la geografía de calles y plazas de muchos lugares del mundo y muchas de sus piezas simbolizan por si mismas el arte del graffiti. En muchas de sus obras de arte se puede leer un mensaje reivindicativo a favor de la libertad y del respeto que todos y todas nos merecemos.

– ¿Qué proyecto tiene ahora El niño de las pinturas? 

Ahora junto con un amigo estoy realizando un vídeo de animación. Después de ver un programa en el que explicaban cómo se había hecho una película de este tipo me quedé enamorado de estas realizaciones. Así que, después de tres años, tenemos el primer proyecto serio para Lara Bella, una artista granadina afincada en New York, se titula El buen árbol, por aquello de que “Quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija”. El proyecto de animación habla de personas que tienen una inquietud y se esfuerzan en aprender para expresarse de otra manera y hacer cosas distintas.

 – ¿Cómo fueron sus inicios?

Desde pequeño me ha gustado probar, practicar con el dibujo. Un día saqué a la calle los dibujos que tenía en mi habitación y desde entonces no he parado de dibujar en la calle.

– ¿Considera importante el mensaje de sus graffitis?

Mis graffitis tienen un mensaje para mí. En la medida que tienen un significado para mí también pueden tenerlo para los demás. El dibujo, los colores, los mensajes… todo transmite. Me gusta no tener ningún proceso creativo en concreto y estar muy atento a lo que aparece, a lo que surge; por eso nos hemos puesto a trabajar en animación ahora. A veces me he puesto a pintar en un muro he terminado y me he ido. Otras he llevado algo pero el improvisar te saca de ‘la zona de confort’, te hace más creativo.

 -¿Considera que su trabajo es bien acogido por los vecinos cuando ven  que decora con su arte las calles o ha visto algunos de sus dibujos tachados?

Un verano volví de viaje, quizá en el año 2003, que tenía piezas por toda Granada, las vi tachadas y las volví a arreglar. Como anécdota les diré que cuando estaba arreglando una pieza en la Placeta de Gracia una señora me dio dinero. No me gustan las reacciones destructivas, se arreglan las piezas y ya está, si se llevan los colores se tarda diez minutos más o menos. Hay que mantenerse en la posición creativa.

– ¿Fue a Nueva York para pintar a Federico García Lorca?

Estaba en Nueva York haciendo trabajos con pinturas. Una vez allí empezó todo a rodar, un equipo de Sevilla estaba haciendo un documental sobre la vida de García Lorca en Nueva York, tenía un muro “gordo” y por eso pensé hacer un García Lorca en Chinatown.

Un trabajo libre

Los asistentes escucharon con atención al Nño de las Pinturas./Chana Press.

Los asistentes escucharon con atención al Nño de las Pinturas./Chana Press.

-Es un artista reconocido en muchos sitios, por tanto es un honor tener sus pinturas cerca. ¿Cómo puede seguir pintando clandestinamente? ¿Vive bien de su trabajo?¿Planifica la realización de sus trabajos? ¿Le inspira la pared, el sitio?

A mí no se me conoce, se conoce mi trabajo hecho con mucho cariño. Mi trabajo no es ilegal ni clandestino, es libre y no está hecho con maldad; aunque si está acompañado de cierta nocturnidad y esto es lo que da de comer por dentro. Me gusta tener presentes estos aspectos que están en mis raíces. Yo soy serio con lo que hago y antes de salir a la calle a pintar pienso lo que voy a hacer y dibujo bocetos para tener claro lo que quiero plasmar en la pared. Aunque no tenga una forma de trabajar en concreto intento que sea interesante para las personas que lo miran y sea la transmisión de algo que al mirarlo, al observarlo, les permita olvidar sus problemas momentáneamente. Por ejemplo en Nueva York hice seis bocetos de un muro porque tuve el tiempo y el espacio, en otro no hice bocetos empece a pintar directamente. Lo importante es que el resultado sea bueno, que no se sienta uno sometido a nada sino que sea uno flexible a la hora de crear. El dominio de las proporciones en formato grande las da el tiempo, llevo más de veinticinco años pintando y vivo de este trabajo.

-Abundan en sus pinturas las caras de niños ¿Le gustan los gestos?

Creo que los gestos transmiten mucho, las miradas me parecen fundamentales y forman parte de mi deseo de conseguir parar a la gente por la calle ante una pintura o un graffiti. Realmente es difícil que una persona que va por la calle con sus problemas se detenga a mirar, que dedique unos minutos a ver unos dibujos con interés. Eso no es fácil, ni normal. Por eso los pintores de graffitis hemos ido desarrollando técnicas, colores y formas para conseguir esa atención.

-¿Nació aquí, en Granada?

 No, nací en Moratalaz (Madrid) pero a los cinco años me vine a Granada.

– ¿Qué fue lo primero que pintó?

Fue un grattiti en el Camino Bajo de Huétor. El primer plano lo hice con ceras y después lo pinte con kanfort, algo muy de principiantes y que sirvió para recibir una buena reprimenda por parte del dueño de la fachada. Y después, con el tiempo, esta persona me encargó que le pintara la fachada. Cuando el señor hizo mención a las pinturas de aquellos artistas que emborronaron su fachada yo no pude reprimir la risa, casualidades de la vida.

 – ¿Qué le aconsejaría a una persona que quisiera empezar, a una persona que le viera con ilusión?

Le diría que se ponga a hacer, que vaya a pintar, que se anime a crear. Un lienzo, unos pincelillos, una madera y a pintar. Sin meterse presión por hacer las cosas, sin megalanzarse. Lo mejor es pintar lo fácil, probar, y dar pequeños pasos. Poco a poco, sin meterse en ningún problema.

– Es consciente de que ha transformado el barrio del Realejo convirtiéndolo en un museo al aire libre ¿Por qué hay tantos graffitis suyos en este barrio?

Porque es donde vivo y se me conoce. Además es un barrio muy bonito, aunque no está muy bien cuidado. Están desapareciendo muchas piezas, los muros no se han podido renovar porque he sido multado en algunas ocasiones y el muro se va cayendo con el tiempo. El graffiti se considera ilegal en España.

– En el Sacromonte una de sus pinturas fue muy polémica ¿cuál fue el motivo?

Sí, había un mural con una pintura de una egipcia con los tonos muy apagados y yo la borré. En su lugar pinté a Carmen Amaya, a algunas personas no les pareció bien y me denunciaron. Aunque gané el juicio la pintura no se recuperó. Pude pintarla dentro de la cueva.

– Llama la atención la cantidad de engranajes que usa en sus graffitis, ¿hay algún motivo especial y cómo de unos cables de la luz surge una jirafa?

Es que mi tíos eran relojeros en Almería (risas). La verdad es que yo intento dialogar con mis pinturas y a veces observo que ocurren cosas interesantes. Los materiales que hay en la fachada me dan ideas como elementos que forman parte de una pieza y lo que más me divierte es la cara de asombro de los niños que me siguen.

– ¿Dónde está el límite en el graffiti, el límite de los graffiteros?

No lo sé. A veces se ven en la calle carteles muy antiguos, esquinas desconchadas y fachadas mal cuidadas, no entiendo por qué no se  pueden arreglar. Si pensamos de forma realista sabemos que no hay presupuesto para arreglarlas y ya que no se van a arreglar qué problema hay en que alguien las arregle. ¿Dónde está el problema? Siempre ha habido chavalillos que hacen mal las cosas y si en una ciudad se cuida la creatividad y se ceden espacios se favorece un diálogo. Tanto unos como otros demuestran que son iguales, unos por vándalos y otros por imponer sus criterios. Si hay chavales que no se dedican a ver la tele podemos generar métodos de investigación para crear y llegar a acuerdos. El graffiti es pintar en una propiedad pública y este acto está penado en el sistema que vivimos. Podemos no estar de acuerdo pero yo no me posiciono, yo me “acciono”, lo que considero que tengo que hacer lo hago con mi responsabilidad. No juzgo lo que hacen los demás.

Reconocimiento

– ¿Considera que su trabajo está reconocido fuera de España?

Creo que sí.  En Francia, y más concretamente en la ciudad de Rochefort, dimos un taller muy interesante para educadores de un centro social y conseguimos el objetivo final que era alejar a los niños de la calle, fomentamos la creación de graffitis no solo durante el tiempo en que se desarrolló el taller.

– ¿Pensó de pequeño que su trabajo tuviera tanta importancia?¿Dónde se ve en el futuro?

 No creo que mi trabajo tenga importancia. Tampoco esperaba viajar lo que he viajado, ni manejar grúas, pero estoy contento por ello.  Hay que seguir pintando. Hay muchos chavales que pintan y algunos lo hacen muy bien. El que se concedan estas entrevistas es buena señal, por ejemplo. Y en el futuro me veo en el campo, tranquilo. La edad es importante, no siempre me podré subir a un andamio.

– ¿De donde salen las frases  tan significativas de sus graffitis, algunas parecen poemas, por ejemplo: Tengo un agujero en los bolsillos y casi todo lo que quiero se me cae? Parece que hay en usted un poeta oculto.

Alguna es una adaptación de la frase de Einstein Locura es hacer lo mismo una vez tras  otra y esperar resultados diferentes. Los poemas me gustan y me agrada escribir… ¡Puede  que aprenda!

– Rompe con la división tradicional de las artes: pintura, literatura ¿Qué consejos da a los jóvenes que estudian Bellas Artes? ¿Se siente contento con su arte y la forma de transmitirlo?

Las artes son lenguajes que permiten hablar, expresar, todo se puede mostrar de otra forma. Las artes te ayudan a conocerte y están todas relacionadas por ti mismo. En definitiva, es la persona la que las relaciona, es el nexo. La diferencia entre las artes no tiene por qué existir. Se crean ideas y conceptos nuevos al aparecer herramientas creativas distintas. Yo nunca imaginé que con mis pinturas llegara a  tanta gente. Sin embargo, ahora tenemos una vocecita que nos obliga a compararnos, esto nos impide disfrutar. Hay que matar esa vocecilla y recuperar la ilusión por lo que nos gustó al principio, esto nos permite centrarnos de nuevo. Hay que focalizar la atención en lo que nos permite crear. Este es mi consejo para los jóvenes.

 – ¿Es autobiográfico el personaje Ernesto de su libro El niño de las pinturas?

No. Un colega escribió una historia sobre un niño que hacía graffitis. Me la enseñó y la incluimos en el libro.

– ¿Es licenciado en Bellas Artes?

No, solo estuve un año y medio en esa facultad.

 – ¿Cree que ha contribuido a la cultura granadina o se ve como un guerrillero que lucha con la estética establecida?

Todos contribuimos a la cultura granadina. Me veo con más cara porque tengo menos pelo. En  lucha hay que estar siempre. He estado en desacuerdo con muchas cosas que han pasado en esta ciudad y nunca pensé que podría llegar tan lejos con mis pinturas. Lo que hay que procurar es saber el porqué, luchar por lo que uno considera bueno para si mismo y para los demás. No debemos pelear contra algo, sino por algo.No debemos cortar árboles, debemos regarlos.

– En su libro A través del muro se pueden leer unos textos llenos de sensibilidad. ¿Es una persona melacólica?

No soy melancólico, aunque la forma de transmitir mis ideas así lo parezca. Soy una persona que regala su trabajo sin ninguna pretensión. No lucho con nadie ni contra nadie. Estoy en un momento bueno de mi vida, ya que después de veinticinco años de trabajo en la calle he aprendido de varias ‘movidas’ que he vivido.

Las voces interiores son las que de alguna manera transmite ‘El niño de las pinturas’, ese es el mensaje y la originalidad de sus trabajos que se pueden admiran y disfrutar en el Realejo y en otras zonas de Granada, y  existe una ruta de sus pinturas que se puede consultar en Internet.  Los entrevistadores de Chanapress en el Centro Cívico de La Chana pudimos comprobar la sencillez y cercanía de un artista libre de prejuicios y ataduras que decora los muros y fachadas con sus graffitis, con un colorido y belleza pictórica fácilmente apreciable en la que resume y sintetiza con precisión la complejidad de la vida

Chanapress le regaló un libro de Paul Auster en agradecimiento por el tiempo que nos dedicó.

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