Colaboradora, servicial, amable, sincera, sencilla, fuerte, valiente, trabajadora, luchadora, buena amiga, compañera, vecina, buena madre y buena abuela. ¡Cuántos adjetivos bonitos! Que fácil me ha resultado escribirlos, uno tras otro, simplemente unidos por comas; pero que difícil encontrar alguien que los reúna todos, sí, sí, todos y cada uno de ellos, en su justa medida. En la AMPA La Brújula, del Colegio Público Santa Juliana hemos tenido la suerte de tener una persona así. Una MUJER con mayúsculas, siempre dispuesta a todo, la primera de la lista para ayudar, la que sin llamarla estaba allí para cualquier cosa, para lo que hiciera falta, para aportar ideas, trabajo o simplemente apoyo moral. Si, querido lector, tú la conociste; si eres chanero, seguro que alguna vez hizo algo por ti, incluso sin tú saberlo. Por supuesto, es ella, Pepita, nuestra abuela Pepita.
El pasado día 9 de septiembre se fue de entre nosotros. Hoy, tal vez sea un ángel en el cielo o su alma esté reencarnada en algún ser maravilloso, no sé, pero de lo que sí estoy segura es de que, donde quiera que esté, su esencia seguirá siendo pura y su luz seguirá brillando. En nuestra memoria y nuestros corazones siempre será un punto de referencia y un ejemplo a seguir.
Que razón tienes y como la hecho de menos se me saltan las lágrimas cada vez que la recuerdo para mí ha sido mi segunda madre siempre ha estado para lo bueno y lo malo gracias a Dios aún tengo a vosotro a mi belen migue José y paco y como no a ese segundo padre mi paco os quiero
Solo puedo decir ella que era y será una mujer extraordinaria y la quería y la sigo queriendo allí donde estés
Yo la conocí por Pepa, la Pepa, la Pepa de Paco, nuestra Pepa.
Capaz de todo, capaz de acoger a todos y sobre todo, de luchar por todos.
Pepa no se irá nunca
Era especial yo la tuve cerca era mi cuñada pero éramos hermanas para mi la hecho mucho de menos no avía día que no me llamará para saver cómo estaba.
Porque siempre se van las buenas personas.
Donde estés te quiero