La violencia machista es una de las lacras de nuestra sociedad y tiene como principales víctimas a las mujeres y a sus hijos. Ayudarlos a salir de esa situación es la labor del Centro de Primera Atención para Mujeres y Niños (CEPAMN), instalado desde 2012 en el barrio de La Chana.
Palmira Crespo es su fundadora y junto con su marido Ramón Fontela, decidió invertir el premio recibido de una marca de cosméticos en la creación de un comedor social en La Chana. La falta de financiación y de ayuda acabó por cerrar el comedor, pero CEPAMN continuó centrándose en mujeres y niños víctimas de violencia machista. Actualmente, cuenta con un programa de formación y aprendizaje, donde las usuarias del centro aprenden en el Aula Gastronómica de Armilla panadería y repostería. Dos horas de prácticas y otras seis de formación por las que perciben un sueldo. Fontela ha señalado a Chana Press que están en trámites de ampliar este programa con la utilización de instalaciones municipales donde estas mujeres cocinarían pan y bollería con los ingredientes suministrados por supermercados y por el Banco de Alimentos. El producto final sería repartido en centros infantiles, como la Ciudad de los Niños o en colegios de la Zona Norte de Granada.
La atención que proporciona el centro va más allá de buscarles una salida laboral ya que es el primer apoyo que encuentra una mujer víctima de malos tratos. Crespo ha explicado que habla con ellas de su problema “de tú a tú”, porque ella ha pasado por la misma situación. También ha remarcado la “falta de tacto” de las instituciones que se dedican a “mandar a las mujeres de un sitio para otro, cuando lo que necesitan es que las ayuden”, asegura la fundadora. Por eso CEPAMN es un centro de primera atención y pone en contacto a víctimas de violencia machista con trabajadores sociales, psicólogos o abogados.
Palmira Crespo, una de las responsables de CEPAMN, durante la entrevista con Chana Press./Josefa Romero
La voluntaria del centro reconoce que existe escasa colaboración entre CEPAMN y otras asociaciones del barrio de La Chana, excepto con el grupo Scout Fénix 516, que han participado en la recogida de juguetes para la cabalgata de Reyes. En su opinión, el problema es que nunca han llegado a entenderse: “parece que hubiera rivalidades y lo que deberíamos de hacer es pelear por nuestro barrio y hacerlo todos a la vez, no ir cada uno por un lado”, ha opinado Crespo.
CEPAMN atiende a una quincena de mujeres, vivan dentro o fuera de La Chana y también a aquellas con otros problemas como la prostitución. Han realizado talleres de defensa personal y elaboran manualidades para venderlas en mercadillos, donde el 50 % se lo queda la creadora y el otro se destina a pagar el alquiler del local y las facturas. Actualmente cuenta con seis voluntarios, entre ellos Crespo y su marido; y por las tardes ayudan con las tareas escolares a una veintena de niños y niñas, víctimas directas de la violencia contra sus madres.
“Lo mejor es el simple hecho de ayudar a una persona que de verdad lo necesita. Le ves la sonrisa cuando ha salido de esa situación y viene a decirte que ya está bien. Aunque solo sea una persona, pero anima a seguir adelante”, ha detallado la fundadora de CEPAMN.
