- Un Secretario de Estado y dos ministros después, nada cambia salvo unas buenas palabras
El Ministro de Fomento en funciones, Rafael Catalá, ha anunciado hoy en Granada el restablecimiento de las obras en Loja tras el acuerdo alcanzado con la empresa adjudicataria y una reducción del billete de tren para recuperar la competitividad perdida por el aislamiento ferroviario de la provincia desde hace ya más de año y medio. Sin embargo, la llegada de los trenes hasta Granada no será una realidad hasta dentro de un año con lo que la provincia batirá su propio record, situado hoy en más de 18 meses. El titular del ministerio achacó el retraso a las dificultades técnicas del proyecto y afirmó que ya se han invertido en la provincia de Granada 1.200 millones de euros de los 1.600 presupuestados. A pesar de este montante económico, que corresponde al 90% de la ejecución de la obra, el tren que conectará Granada con la alta velocidad lo hará por una vía con un trazado del siglo XIX ya que la variante de Loja, de momento, no se contempla. Tanto el soterramiento de las vías, que según el ministro se abordará en “etapas sucesivas y cuando las circunstancias lo aconsejen” como la variante lojeña y una posible recuperación de la conexión por Moreda serán aspectos que se debatirán en la comisión técnica que se formará para realizar el seguimiento de las obras.
Francisco Cuenca, alcalde de la ciudad de Granada, señalaba al término de la reunión mantenida esta mañana en la Subdelegación del Gobierno que a pesar de lo positivo de estas noticias, “no renunciamos a tener una conexión inmediata a través de Moreda ni al estudio permanente de la variante de Loja”, unas declaraciones que se efectuaban antes de que Catalá se mostrara más pesimista ante los medios de comunicación sobre la recuperación de la línea de Moreda que consideró poco competitiva por la duración del trayecto.
Mientras representantes del ministerio con su titular en funciones al frente se sentaban en la Subdelegación del Gobierno con el alcalde de la ciudad, el presidente de la Diputación, los portavoces de los grupos políticos municipales, la cúpula de los empresarios de Granada y dirigentes del Partido Popular, miembros de la Marea Amarilla aguardaban con sus pancartas y mucha expectación el resultado del encuentro. “Ya no nos fiamos de nada y esto no es más que prolongar la agonía” sentenciaba Sebastián Rivera, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de la Chana mientras que José Fernández Ocaña, presidente del colectivo vecinal no ocultaba su decepción y se confesaba “desanimado” porque no se había hablado del soterramiento.
Con buenas palabras
Francisco Cuenca calificó de “noticia importante”, conseguida por “la unidad en la posición y la reivindicación de la sociedad”, que el ministro haya venido a Granada a “dar la cara” y a ofrecer “la información que no hemos tenido en los últimos años”, explicó a los medios de comunicación al término de la reunión. Además de la reanudación de las obras, el regidor municipal se mostró optimista con la creación de la comisión y la recuperación de un diálogo hasta el momento inexistente con el Ministerio de Fomento.
Sin embargo y a pesar de que en esta ocasión la tensión no flotaba en el aire como ocurrió durante la visita del Secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez Pomar, el resultado de la reunión sólo constata el retraso en la llegada de la alta velocidad a Granada –extremo ya conocido por todos- y anuncia la reanudación de unas obras que conectarán la provincia de Granada con la alta velocidad por una vía de hace más de un siglo. Las dos grandes demandas de la provincia para conseguir unas conexiones ferroviarias dignas como disfrutan ya otras capitales andaluzas –la construcción de la variante de Loja y el soterramiento de las vías- vuelven a quedar en el aire sin fecha para acometerse.
Un Secretario de Estado y dos ministros han visitado ya Granada para tratar el fin del aislamiento ferroviario de la provincia y la única actuación real será la bajada de precio de un billete bajo la máxima ‘disculpen las molestias’.