Los trabajadores de la Delegación de Madrid llevan un tiempo sufriendo a diario las consecuencias de la absoluta falta de competencia de la actual delegada, Amaya García, a la hora de coordinar y gestionar el trabajo de los equipos. En lo que va de año, esta directiva ha abierto dos expedientes a sendos redactores por sucesos que podían haberse resuelto con un poco de planificación y de empatía, algo de lo que, al parecer la delegada, a la vista está, carece y desconoce, y no será precisamente por no haber recibido cursos de formación e incluso un máster a distancia.
Y precisamente a distancia, mejor dicho, por vía online es como organiza Amaya García la agenda y las tareas diarias en la delegación de Madrid, un centro en el que desempeñan su trabajo quince profesionales y a los que no permite la comunicación directa con los equipos de edición de Sevilla, mientras ella da órdenes por Whatsapp a los teléfonos personales de los trabajadores. Y es que para la delegada los fines de semana suelen ser de tres días y el resto de la jornada semanal, al igual que el máster que realiza, la desempeña prácticamente a distancia por vía online.
Asimismo, tampoco se le conoce actividad alguna relacionada con la representación y el protocolo de la Delegación de Canal Sur en Madrid y por la que percibe un 30 por ciento más de sueldo que el resto de los delegados provinciales alcanzando los 73.000 euros anuales.
Desde el SPA, instamos a la delegada a que recapacite, medite y cambie de actitud con los trabajadores de la delegación de Madrid a los que desde aquí mostramos nuestro profundo apoyo. Sus años de profesionalidad intachable les avalan.
Estamos convencidos de que, con diálogo, al que parece que la delegada se niega, se resuelven los problemas y no con modos autoritarios, ni provocando a los trabajadores sentimientos de falta de respeto y abuso. Porque la situación que están viviendo los trabajadores de Madrid podría estar derivando a problemas de salud laboral.
Desde el SPA recordamos a la delegada que existe un convenio y unas normas de funcionamiento y de comunicación que hay que respetar y cumplir con obligaciones y también, y que no debe olvidar, con derechos.
Por último, hacemos un llamamiento a la Dirección de Informativos y a la Dirección General para que valore la idoneidad de una delegada que en vez de buscar soluciones y alternativas a los problemas que surgen a diario funciona a golpe de expedientes, eso sí, y a distancia.
Andalucía, 8 de julio de 2022